Gracias a tu compromiso con OBJETIVO: RIQUEZA, estás sembrando SEMILLAS de PROSPERIDAD
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Personalmente no puedo estar más de acuerdo con que la GRATITUD es la más grande de todas las virtudes. O incluso más aun, es aquella virtud que engendra a todas las demás, como en su día dijo Marco Tulio Cicerón.
me siento afortunado de ayudar
Es por eso, que mi propósito de vida es SERVIR, ayudando a la gente a mejorar su economía e impulsar su prosperidad, con mis libros, formaciones y capacitaciones.
Además tengo el firme COMPROMISO de donar el 10% de los ingresos netos derivados de la venta de libros a favor de diversas causas solidarias. En concreto, me refiero a ONG's de intachable reputación y servicio a nuestra comunidad, especialmente escogidas por mí, como son el caso de:
acompáñame en mi misión
¡Te cito en la cima! Arriba de todo, en la cumbre. ¿Imaginas el motivo? Porque sé de primera mano que para ayudar a otros siempre es mejor hacerlo desde arriba, es decir, desde la abundancia.
Aprendí esa lección, siendo muy joven.
Desde siempre, a mi padre y a mí nos gustaba ir por el bosque a buscar setas. Recuerdo un otoño que nos adentramos en un bosque desconocido para él, pero que le habían comentado que allí brotaban las mejores setas de la comarca y en cantidades formidables.
El tiempo era inmejorable, la luz tenue del sol al atardecer iluminaba los árboles configurando una gama fantástica de colores. Diversas tonalidades de ocres, marrones, anaranjados y verdosos se entrelazaban por doquier.
No obstante, el bosque estaba húmedo, dado que la semana anterior había estado lloviendo copiosamente. Íbamos caminando, cuando de pronto, el infortunio quiso que yo resbalase pendiente abajo hasta caer en una especie de foso natural entre matojos y matorrales.
Mi padre se asustó, yo me asusté y lo más preocupante era encontrar la forma de salir de allí. Intentaba trepar como podía, pero no había manera. Siempre me deslizaba de nuevo para abajo.
La primera intención de mi padre fue bajar al foso para rescatarme, pero en seguida se dio cuenta de que esa sería la peor de las opciones posibles; puesto que luego, una vez abajo, ni él ni yo podríamos salir de allí.
Recuerdo aquellos instantes angustiosos, y justo ahora se me eriza la piel. Ni te imaginas lo rápido que se va el sol de otoño por la tarde, cuando lo que más precisas es tiempo y claridad.
Estaba ya anocheciendo, cuando de repente, una voz desde arriba me tranquilizó. Era mi padre, que tumbado en el suelo, agarrado a unas ramas, se estiraba lo máximo que podía para alargarme su brazo.
Me decía: “Hijo, intenta saltar tanto como puedas y agárrate a mi mano. Consigue, por lo que más quieras, agarrarte a mi mano. ¡Venga va, ahora!”
Salté y salté, pero no había manera de conseguirlo; hasta que al final fue él quien me sujetó de mi muñeca en uno de mis brincos y me sacó de allí de un fuerte estirón.
En aquel momento, mi padre sin quererlo, me enseñó una de las lecciones más importantes de mi vida:
“Si quieres ayudar a alguien, hazlo siempre desde arriba, nunca desde abajo”
Cuando reviso mentalmente esta angustiosa experiencia y la pongo en contexto con mi especialidad (mejorar la economía de las personas), siempre encuentro la misma conexión. La única forma de mejorar la prosperidad de la gente es desde la abundancia, es decir, desde arriba.
Piénsalo bien. ¿Qué otra forma se te ocurre de ayudar a tu familia, a tus hijos, a tus padres, a tu pareja y a tus seres queridos, que no sea desde la abundancia, es decir, desde arriba? Porque desde la escasez, ya te digo yo que es imposible.
Y en este tiempo que nos toca vivir, o estás arriba o estás abajo. Ya no hay término medio, y la única forma de ayudarte a ti primero y ayudar también a los demás, es estando arriba. ¡No lo dudes, ni lo olvides nunca!
La otra gran lección que aprendí de esta experiencia de mi caída al foso, es que tienes que ser TÚ quien debe hacer TODO por salvarte. El Universo te ayudará en lo que pueda, conspirará a tu favor señalándote el camino, pero tú tienes que hacer lo imposible por salvarte.
Si recuerdas la historia anterior, yo saltaba y saltaba con todas mis fuerzas buscando la mano de mi padre, y él me la pudo sujetar por mis ganas de salir de allí. En definitiva:
"No esperes que nadie te salve, si tú no haces méritos por salvarte a ti mismo".
Tienes que tener FE. FE en ti mismo, FE en tu propósito. FE en tu visión, FE en tus acciones,… y los resultados llegarán.
Como lector de OBJETIVO: RIQUEZA, no solo estás dando un GRAN PASO para salvar tu economía y la de tu familia, sino que también con tu acción estás sembrando SEMILLAS de PROSPERIDAD. Porque recuerda, el 10% de los ingresos netos serán donados a causas solidarias.
Deseo decirte que para mi eres especial, porque eres único y eres importante. Por eso te quiero ayudar tanto como pueda.
MUCHÍSIMAS GRACIAS DE TODO CORAZÓN.